EL DOLOR Y LA CREATIVIDAD
Pensaba en el título de este post, y saltaron dos palabras
aparentemente inconexas: dolor y creatividad ¿inconexas?
Creo que han pasado más de 35 años desde que me paré frente
a esta singular máquina de rayos X. Una mesa marrón con una línea en el medio.
Pareciera salirle un brazo electrónico el cual se mueve hasta encontrar el
lugar indicado, antes de hacerlo, te ilumina con una luz en forma de cruz. Al
entrar hoy, nuevamente a este espacio poco iluminado con esta máquina en medio,
mi corazón se aceleró de emoción… en tan
solo segundos viajé a mi niñez.
Esa máquina fue una de mis musas.,
Al estar en ese lugar a comienzo de los ochentas y en pleno apogeo de viaje a
las estrellas, pues para una niña de 7 años la razón obvia de estar en ese lugar
era la posibilidad de un viaje intergaláctico, una máquina del tiempo, un
transbordador espacial, o simples pruebas de rutina que realizaba la nasa a sus
tripulantes. La creatividad me alejaba del dolor físico.
Después de 35 años agradecí volver a ver esa máquina que me
recordó el dolor y también las infinitas posibilidades que se abren para mirar
la vida. El dolor es inevitable, tan inevitable como la alegría. Ambas son las
caras de la misma vida, efímeras y pasajeras, capaces de
transformarse una en la otra. Son un complemento valioso y un motor para
despertar nuestro propósito y sentido.
¿Una máquina de rayos x solo puede ser eso? No podemos cambiar su
funcionalidad, como tampoco podemos cambiar aquellas situaciones complejas por
las que a veces nos toca transitar. NO las podemos cambiar. Sin
embargo, podemos, como cuando éramos niños, transformarla
y jugar.
Por que al final todo pasa… y nos
transforma. Déjate trasformar por la creatividad.
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