EL PODER DE LA VULNERABILIDAD

Sentía frio, las mayólicas verdes del hospital y las batas blancas de los médicos son los primeros recuerdos que saltan a mi mente, junto con la voz de mi madre diciendo.
- No te va a doler,  Tú eres fuerte! Y comenzaban los experimentos en mi cuerpo.
Ser fuerte, se volvió casi un mecanismo de supervivencia en mi vida, no solo frente al dolor físico… sobre todo frente al posible dolor emocional, Criada por una madre soltera que tenía la necesidad de tener una asidero, una roca de que sostenerse, me fui convirtiendo en su fortaleza, mientras yo endurecía mi corazón.
Ser fuerte, para mí era ser distante, inamovible, casi incapaz de sentir… hacia afuera… una máscara que la usaba tan seguido que un día olvide quien era… Mientras más fuerte, ruda y hostil me mostraba, más miedo, más inseguridad, más temor albergaba en mi corazón, y la coraza más pesada de llevar.
Hasta que un día me enamore, tenía tanto miedo de que él viera a través de mí, que viera que estaba asustada, que no era tan fuerte como le había hecho creer, entonces me alejé…
La pérdida, el dolor, la ausencia me mostraron que mi fortaleza no radicaba en negarme, que esa máscara no me protegía de nada, que esa máscara me alejaba de mi! Aprendí a montarme en un escenario y ser tan “ridículamente” torpe, que volví a reír, volví a sentir, volví a amar y a enamorarme de la persona con quien pasaré el resto de mi vida… conmigo.
Ser vulnerable es ser fuerte, ser capaz de ser flexible, te permite no romperte frente a los cambios, te permite sentir y conectar contigo para conectar con los demás… Ser VULNERAVLE ES MI MAYOR FORTALEZA.

Hay muchas situaciones que me ponen vulnerable y que aún  me dan miedo…