Me llamo “Crisis” ¿me conoces en realidad?
Hoy decidí escribirte una carta,
pues creo injusto que digas muchas cosas de mí que son parciales, pues soy más
de lo que parece.
Han dicho que soy “un problema”.
Me describen como una situación compleja que afecta negativamente tu vida. Soy
una mala visita, mala compañía y soy el mal momento de sus existencias.
He escuchado muchas veces decir
que ¡La crisis es situación fatal!. En otras palabras, soy el final de las
vidas. Soy lo último que les pasa. Soy como el pre ambulo de la muerte. Estar
en “crisis” es lo último de lo negativo que puede suceder.
Pero, si tienes alguna formación
extraña en lo religioso, dirás que “yo” (La crisis) soy nada que un “castigo divino”.
Es raro pensar en sus dioses que tenga algún arreglo conmigo y que disfrute de
su malestar. Créanme ¡no vengo de Dios!
También están los utilitarista. Buscan
tenerme, vivir en “crisis” de ese modo tiene todo el foco de la “lástima” y
verse como víctimas de la vida. Con la crisis puede justificar el sufrimiento.
Hecha la situación para esperar a los “buena gente” “solidarios” “salvavidas”.
Así la mala dependencia: “yo soy víctima: ud me salva”
Pero, en muchas ocasiones soy “El
elefante blanco” en medio de la sala. El monumento a la “crisis”, pero no
existo. Hacen la farsa de negar mi existencia. Viven fingiendo que no existo.
El autoengaño colectivo y personal dice así: “No hay crisis porque no la quiero
mirar”. Creceré y creceré… hasta que no haya oxígeno para nadie.
“Crisisficar” todo. Esa palabra
yo mismo la inventé. Crisificar significa hacer crisis de todo y desde la nada.
Hay personas que me eligen como la forma de vida. Su móvil es: ¿De qué se trata
para “cricificarlo? Gustan estar en crisis, no pueden vivir son problemas y
malestares. n encontrado en mí una forma de vivir. Si no están en crisis, no
hay vida. Es una especie de adicción existencial, que reza así: “crisis: luego
existo”. Es cómodo estar siempre en crisis para vivir estacionado en un mundo
medio y etéreo. Pero, les aseguro, no soy eterno.
Ahogarse en un vaso de “crisis”.
Que es lo mismo que ahogarse en un vaso de agua. No éxito con tanta grandeza en
muchas ocasiones. Soy una simple y pobre “crisis”. No se trata de vida o
muerte. No está en juego nada vital, ni fundamental, ni mundial. Pero hacen
escenas enormes. Me proyectan en el cielo, y son sólo un problemita. ¡No es
para tanto!
He sido instalado en algunas
mentes. Soy la raíz de sus pensamientos. Pero es mental y no objetiva. La vida
sigue normal, su ritmo, sus rumbos. Si me usan como el lente de la vida,
creerán que la vida está en crisis. Pues ¡No! LA vida no es un problema, no lo
fue, no lo será. Todo está en Ud. Y en la decisión de mirar la vida como un
problema. Por eso se queja y reniega.
Cuando soy un éxito total. Cuando
soy la crisis que domina la vida. Vivir en el fracaso, como si yo fuera la
causa, razón y motivo de arrastrar la vida. Triunfo la crisis. Entonces la
persona no se resiste y ofrece su rendición incondicional antes de la batalla.
Esto tiene “cola”. Si nunca me enfrentaron porque les hicieron la vida fácil,
no tienen entrenamiento ante las crisis.
Pero deseo que sepas: el poder de
la crisis está en el poder que me das. Yo soy y hago cuanto tú permitas. Yo
tengo el poder que me regales. No tengo poder en mí mismo. Entonces, no soy
todo lo que dicen de mí, y cómo me describen. Soy lo que quieren que yo sea. Y
dejo de ser tan grande cuando lo deseen.
Mi núcleo como crisis es simple:
soy un nudo. Soy una obstrucción que no permite seguir. Soy un corte del flujo
de la vida. Y mi centro tiene nombre propio y un comienzo. Estoy existiendo por
alguna razón. Nací en alguna experiencia de tu vida. Ubícame y desátame.
Para lograrlo es importante hacer
un alto. Pausa, silencio, calma, sosiego. Y te invito a que me sientas. Que
saborees mi agridulce y desagradable sensación de mí, de la crisis. Verás un
proceso: me negarás, rechazarás, gastarás fuerzas en evitarme y entonces seré
más doloroso. Pero, si me sientes a fondo, en calma… me voy transformando y de
pronto desaparezco de tu vida. Me voy y seguiré. Desactivarás las alarmas
emocionales y el miedo a mi existencia. Este paso es necesario.
Es importante perdonar, cambiar
formas de pensar, de actuar y de sentirla vida. Esas transformaciones hacen que
yo me vaya. Me desinstale. Pues, no basta la espera del auxilio divino, cabe
recodar: “ayúdate que te ayudaré”
Soy de mucha utilidad si quieren.
Pueden planificar hasta dónde llegar conmigo. Que objetivos alcanzar en esta
nueva situación. Cómo sacar provecho de estas realidades en crisis. Por ejemplo
puede tener claro que soy una etapa, soy un momento, soy un instante dentro del
infinito ritmo de tu vida. No los soy todo. Existe un pasado hermoso y un
futuro mejor. Siempre hay reflexión y coraje se puede aprovechar mi presencia
de crisis
Entonces es importante
preguntarte ¿Hasta dónde quiero llegar con esta crisis? De ese modo se enrumban
los problemas y se crean caminos constructivos en la vida. Lo bueno de las
crisis está en que revela de ti: ¿qué quieres tapar cuando dices estar bien?
Pero conmigo, tiene que sacar cosas de ti, y tener nuevos recursos para vivir.
Allí tiene que aprovechar y preguntarte ¿Qué posibilidades me despierta esta
crisis? Y sacar todos lo mejores recursos como persona y responder con novedad
iluminando el propio caminar. Nuevos caminos, nueva vida, nuevas rutas, nuevas
formas de existir. Como “crisis” no soy tan malo. Soy la oportunidad de que
cambies tu vida. Soy la ocasión que esperabas para lanzar tu vida a cosas
mayores. Reiniciar la vida es una oportunidad de lujo.
Sepan que como “crisis” ya he
transitado por la vida de muchas personas que están a tu alrededor. Me conocen.
Hemos sido colegas de camino. Y si mirar bien, muchos han salido de mi. Ellos
son tus mejores maestros. Cuando, tú me superes óptimamente serás luz para
otros.
Atte.
La crisis
Escribano Stalin Gómez
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