¿Qué serás cuando seas grande?

+ ¿Y qué serás cuando seas grande?...
- ¡Astronauta, arquitecto, profesora, doctora y actriz!
+ ¡¡¡Eso es imposible!!!
- ¡¡¡Entonces no sé!!!
+ ¿Cómo no vas a saber?
Recuerdo que así eran mis diálogos cuando era niña…
El no saber es un estado que evitamos a toda costa, nos da miedo no saber, así que creo que de algún modo nos han condicionado a decidir, a dar respuestas, a tomar partido, a elegir estar en un lado o en el otro, a definirnos. En resumen “Etiquetarnos” con títulos o roles.
Hace unos días  en una conferencia de Diego Dreyfus, el comentó sobre los algoritmos en nuestras búsquedas de internet, esa idea de que luego de ver un tipo de series en Netflix, te sugerirá el mismo tipo de series, o si entraste a ver un tema en Google, tus búsquedas seguirán esa misma línea. Esa idea quedó rondando en mi cabeza, la idea de que no somos algoritmos, que más bien somos impredecibles, cambiantes, apasionados, que tenemos ideas que luego podemos descartar. ¡Qué potente que puede volverse “el no saber”!
No saber puede convertirse en una fortaleza, un espacio de creatividad, nos permite tener una mirada inocente frente a las circunstancias o personas. Nos abrimos de manera natural a todas las posibilidades y nos mostramos flexibles ante la experiencia, sin que ésta tenga una carga emocional.
No saber o poder cambiar de opinión nos ayuda a quitarnos una pesada etiqueta, desde ese lugar, no me defino por mis gustos, o por mis estudios, ni siquiera por algunos hábitos, ya que me doy cuenta que soy más que eso y me permito cambiar y ser lo que quiero ser.
Te invito a que te liberes de las etiquetas, del condicionamiento, dale al deber ser, su justa medida, abraza el error y date nuevas oportunidades de aprender y hacer las cosas distintas.